Por Cristian Jaramillo
Representaciones iniciales del cine o del arte en general muestran momentos históricos relacionados de alguna manera con lo fantástico y el terror. Una muestra de esto es lo conocido como el Grand Guignol, que tuvo sus inicios en Francia e Inglaterra en principios del siglo XX, estos eran obras de teatro creadas alrededor de contenidos impactantes y chocantes, con altas dosis de violencia gráfica.
Es curioso que en la primera proyección del cinematógrafo de los hermanos Lumiere en Francia en 1895 con una pieza ajena al género del terror se provocó un caos de desenfreno y miedo, pues los asistentes al desconocer la novedad cinematográfica se enfrentan a una imagen de un tren que parece salirse de la pantalla y chocar contra la sala de exhibición. El terror de los asistentes saliendo de la sala sería usado por los nuevos y experimentales cineastas para generar estas sensaciones en otras películas. Igualmente, se puede ver en las primeras cintas de la época que el público parecía mostrar un interés en contenidos oscuros y fantasmales.
Ya en el siglo XVIII con la aparición de las linternas mágicas comienza a descubrirse una técnica de ilusiones ópticas llamadas “fantasmagorías”, con las que se creaban relatos lóbregos y tétricos, con efectos y trucos de cámara algo caseros y experimental es pero que que por su novedad y maestría generaban impresiones en los asistentes. Es así como esta técnica se convierte en nuestro referente para la muestra que proponemos. Una exploración de las artes en sus términos más oscuros para que el espectador se enfrente a sus miedos, los conozca y aprenda a reconocerse en la sociedad. Fantasmagoría es volver a los inicios del cine para proyectar esos espectros que agobian al hombre, pero hacen que lo podamos entender mejor.
¿Por qué un festival en torno a lo fantástico y el terror?
El cine de terror es un género enriquecido por un compendio enorme de sub-temas, estéticas, movimientos o sub-géneros que lo definen, cada uno distinto y con sus propias características. Desde el Expresionismo Alemán hasta el found footage, desde el terror gótico hasta el home invasion, desde los monstruos de la universal hasta los directos del splat pack o el mumble gore, desde el ultragore alemán hasta la nueva ola del cine de gore francés, desde el Giallo italiano hasta el j horror, o desde las películas de la Hammer hasta el slasher. Es común que suela verse al horror como un género menor, muchas veces visto con ojos que lo desprestigian y ven baja calidad en obras que se adentran en el mismo. Al ser un espectro tan enriquecido de elementos y variaciones, hace que el terror sea un género no explorado por el público regular, que quizá solo tiene un acercamiento lejano y a un cine de género más comercial y estereotipado.
Por ese motivo se busca exponer la inmensidad del género de terror, evidenciar todas sus propuestas narrativas y visuales y dejar notar múltiples perspectivas del género audiovisual que no son populares o reconocidas normalmente.
La muestra pretende sacar la idea que el cine de terror se resume en el acto de asustar. Con una exploración detallada se entiende como en este género es importante el diseño de mundos, universos, diseños de producción y de arte que resultan ser muy definidos y nacen de otras artes como la pintura, la arquitectura, la literatura. También, dentro del género pueden existir muchos caminos que evidencian metáforas de la realidad o de un análisis comparativo con temas relevantes de la sociedad, que se expresan con alegorías definidas a través de monstruos, criaturas o personajes antagónicos que son el fiel reflejo de ello. En definitiva buscamos con esta muestra que los espectadores acepten el reto de tener una mirada distinta del terror.